Zapatillas de cordones, vaqueros altos, borgoña en los labios y plata en las manos.
Cóctel de frustración, desesperanza y vacío; sangre entre los dedos y una máscara en los ojos.
Y el tiempo, que antes era escurridizo, inunda el aire con su pesada presencia.
Y el sol, tímido y enfermizo, se alza ardiente con la solemnidad de ser astro rey.
Un bolígrafo, papel, y la certeza de que un día todo será más que polvo y recuerdos.
Hasta entonces... Tinta, tachones y añoranza.
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