jueves, 27 de octubre de 2016

Rétrogression

Creo que sólo yo soy capaz de comprender el por qué de esta canción justo en este momento, el por qué de este vídeo con imágenes tan grotescas y desagradables, el por qué de esa letra que habla sola... Pero sobre todo, el por qué de ese mensaje oculto, implícito, que retumba en las paredes del vacío. 
Y es que, a veces las noches se vuelven oscuras, negras, y la luz que emana de la luna se apaga de repente, se ve anegada por nubes de borrasca que no la dejan brillar como reina de su espacio-tiempo. 


"Los instintos salvajes, que se pelean contra cada intento de ser mejores, buscan como locos la manera de poder terminar con el hambre, que se ha vuelto a despertar implacable.
Y dejar de esperar el desastre que sigue pulsando, y quiere más y más, y nunca acabara de callarse."

miércoles, 26 de octubre de 2016

Días raros

Creo que cualquier persona amante de la música en cualquiera de sus vertientes o estilos, será capaz de apreciar la obra maestra que supone este arreglo orquestal de Mario Carro del tema "Los días raros" de Vetusta Morla. Sin duda, me quedo con el sonido que sacan del arco golpeado contra las cuerdas muteadas, y con la fusión de violines, violas y otros instrumentos de cuerda frotada, entremezclados con la batería. Ya era una canción sublime en su versión original, en todos los aspectos, ahora lo es más.

Como dato: el tema fue grabado en directo por Vetusta Morla junto a la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia para recaudar fondos a favor del Conservatorio Narciso Yepes de Lorca, que quedó inutilizado por los desperfectos causados por el seísmo que afectó a la localidad el 11 de mayo de 2011.


"Ya está aquí, ¿quién lo vio bailar como un lazo en un ventilador?
¿Quién iba a decir, que sin carbón, no hay reyes magos?"

lunes, 24 de octubre de 2016

Ad nauseam.

"Empieza a molestarme la idea de volverte a conocer. Y aunque la náusea me despierte hablándome de ti no habra final feliz, esto se acaba aquí."

viernes, 21 de octubre de 2016

Fragmentos (II)

"Cuando desperté tenía mucha sed, la garganta reseca me dolía, por lo que necesitaba beber algo con urgencia. Pero sabía que el agua no calmaría mi ajada garganta... Y entonces lo vi; vi a mi pequeño Julien sentado frente a mí, con el miedo dibujado en el rostro. Sus pequeñas manitas agarraban con torpeza el sucio conejito al que él con cariño llamaba Orejotas, y una enorme lágrima clara estaba a punto de desbordarse por su mejilla. Pero algo llamó mi atención por encima de todo eso... Su sangre. Noté cómo aquel néctar carmesí fluía deprisa por sus venas, alentado por su acelerado corazón, y no pude contenerme. Me abalancé sobre él, y su cara asustada tornó en pánico. Aquella reacción no era natural en ninguno de los dos: yo era su madre, no debía temerme; y él era mi hijo, ¿por qué sentía aquella necesidad de desangrarlo? No me dio a tiempo a responder. Cuando quise ser consciente, mis dientes acababan de perforar la fina piel de su cuello, y la vitae caliente de mi niño Julen, calmaba la quemazón que inundaba mi garganta; absorbí con sazón hasta la última gota de su pequeño cuerpo, dejándolo vano, seco, vacío de sangre y vida.

      - Arráncale el corazón. Sé que lo estás deseando. - Oí esa voz tras de mí. 

Esta vez no fue una orden, podría haber ignorado aquella rasposa voz que me incitaba a destrozar el cuerpo de mi niño, pero no lo hice. Sin volver a pensarlo, siguiendo sólo un instinto que había nacido de pronto en mí, introduje mi mano en el frágil pecho de mi hijo y le arranqué el corazón, aún caliente y palpitante, y embebí hasta la última gota de aquel denso y dulce líquido que otrora había dado vida a mi retoño. Bebí hasta saciarme, hasta que sólo quedó una cáscara de músculo inservible entre mis ensangrentadas manos y un macabro espectáculo a mis pies. A mis espaldas, la voz habló de nuevo satisfecha.

      - Bien, mi niña, vas por buen camino."

miércoles, 19 de octubre de 2016

Fragmentos (I)

"Que el tiempo se evapore y mil horas sean pocas. Que las nubes sean testigo mudo y la hierba daño colateral. Que las musas vengan de la mano junto a las prisas y la gasolina en el asfalto huela a despedida. (...)"